Día tercero: Transformados por el Siervo doliente. Cristo padeció por nosotros (cf. 1Pe 2, 21). Este día nos invita a reflexionar sobre el sufrimiento de Cristo. Siguiendo a Cristo, el Siervo sufriente, los cristianos estamos llamados a la solidaridad con todos los que sufren. Cuanto más nos acercamos a la cruz de Cristo, más nos acercamos unos a otros.