Y A LA VIDA DE FAMILIA.
TRABAJAR POR LA FAMILIA
ES TRABAJAR POR LA SOCIEDAD
Y POR LA IGLESIA.
Hubo una pequeña confusión en la hora de comienzo, en el programa de mano habíamos puesto las 9 de la mañana, y en la hoja de inscripción las 9:30. Son esas pequeñas dificultades que parece que más que para distraernos, están pensadas por Dios para que vayamos a lo fundamental, a lo que realmente importa: «estar dispuestos a amar ya dar la vida los unos por los otros», a veces necesitamos «experiencias» que nos ayuden a recordarnos a quien hemos elegido.
D. Juan Carlos Navarro, párroco de Pulianas y Delegado Diocesano de Catequesis, nos hizo vibrar por lo elevado de su exposición, cuando nos hablaba sobre la «Preparación al matrimonio como una preocupación primordial de la Iglesia». Nos animaba a llevar adelante la «Buena Noticia» a la familia, ser testigos del Evangelio de la Vida, o como en un momento decía: «tenemos que convencernos de que la familia, en sí misma, es una buena noticia» porque significa el amor de Dios.
Sentimos no haber previsto grabar las ponencias, pues fueron realmente interesantes, no solo para los Monitores de Curso de Formación al Matrimonio y a la vida de Familia, sino para profundizar en experiencia del matrimonio como sacramento, en las reuniones de los Movimientos Familiares. Nos aseguró que está dispuesto a hablarnos en otro momento de esta realidad.
El diálogo que surgió con posterioridad a su participación costó trabajo cortarlo por lo interesante que era, pero el programa tenía que seguir.
La segunda comunicación de la mañana estuvo a cargo de D. Manuel Reyes, que hizo un recorrido en la historia de la tarea pastoral en la preparación al matrimonio en la Provincia Eclesiástica de Granada, que ha sido una de las pioneras en este campo de trabajo. Empezó afirmando la urgencia de trabajar en la preparación de los novios, nos va mucho en esta pastoral.
Indicaba que se aprecia cierta consolidación en esta pastoral, con mayor participación de los Arciprestazgos y parroquias, con la incorporación de matrimonios a esta tarea eclesial: ya son frecuentes los equipos formados por laicos y sacerdotes, equipos que ofrecen un bello testimonio de Iglesia. Veía también la necesidad de trabajar para un relevo generacional en muchos de estos equipos y la necesidad de seguir trabajando en unificar los criterios de programación y duración de los Cursos, con motivo de las nuevas exigencias de los novios que los piden, así como acompañarlos en estos primeros años de su vida matrimonial.
Este servicio pastoral están ampliamente asentado y son muchos los matrimonios que encuentran en este espacio el desarrollo de su misión apostólica. Terminó resaltando la valiosa aportación de los movimientos en esta misión.
El tercer momento de la mañana estuvo dedicado al tercer núcleo del temario: la Familia Cristiana en la Iglesia y en la Sociedad, a través de una magnifica exposición que hizo D. Alfonso Crespo, Delegado de Pastoral Familiar de la Diócesis de Málaga.
Nos dejó unos magníficos apuntes, que están a disposición de quien los necesite.
Partió invitándonos a todos los agentes, sacerdotes y monitores para ver dónde estábamos y hacia dónde vamos. El logro de cambiar de cursillos a Curso, trabajar por profundizar en la permanencia y en la fidelidad, y un paso más y no quedarnos en los novios, tenemos que tender a la familia. Y este es un trabajo que no termina en la Pastoral Familiar, sino que es de toda la Iglesia, yo toca a toda la familia o no hay garantía de éxito.
Nos animaba a no asustarnos, es un trabajo a largo plazo. Los cursos tienen que tener un carácter más celebrativo, testimonios con contenido e ir dejando poco a poco el carácter académico que muchas veces tiene, teniendo que proyectar siempre en positivo la riqueza del amor cristiano que anima al matrimonio, a la familia. Y siempre partiendo de la realidad que nos encontramos con novios que a veces carecen de motivaciones cristianas. Sin olvidar nunca que trabajar por la familia es trabajar por la sociedad y por la Iglesia.