Y cuando esa dimensión de familia donde lo que predomina es la generosidad, el bien del otro, el deseo de que el otra crezca, que sea… cuando esas relaciones las ilumina Jesucristo, cuando se ha descubierto el Amor de Dios, cuando se vive en el Amor de Dios, no se puede vivir fuera de El. Su presencia llena toda la vida, es como la atmósfera en la cual se puede respirar y fuera de la cual morimos, se lleva fuera de la familia, a nuestro barrio, nuestros vecinos, nuestra parroquia…
¿Os imagináis una Iglesia así?
Nos hablaba hace dos años nuestro Arzobispo, en la VI Semana de la Familia en su conferencia “Jesucristo en la Familia” de esta presencia de Jesucristo en la familia:
“Enseñarles el amor a Jesucristo, que es el que sacia, como respuesta a las exigencias más profundas del corazón. Y crear esos espacios donde uno puede reconocer que esa presencia de Cristo llena la vida de buen gusto por entero: en el estudio, la amistad, los amigos, el noviazgo, enamorarse, trabajar… Y no será muy necesario insistir en demasiadas cosas concretas en los cursillos de preparación matrimonial. Si uno tiene una experiencia cristiana adecuada, casi no serían necesarios los cursillos de preparación matrimonial. Como casi no sería necesaria la catequesis de confirmación, si uno ha sido iniciado en la fe cristiana o está viviendo en un contexto cristiano. Habría que hacer lo que se hacía cuando el mundo era cristiano: tres catequesis que explicaran el rito de forma que uno lo pueda vivir bien, y nada más. ¿Por qué? Porque la iniciación cristiana contiene dentro de sí todo”.
Esa es la experiencia que queremos poner en común con las familias de la Costa, animarnos a compartir nuestra vida de familia con otras familias, a testimoniar nuestra vida de familia, familias que viven cada día su vocación al amor.
LA CITA MAÑANA.
JUEVES 15
Mesa redonda: “El espíritu de familia en la Iglesia”
Delegación Diocesana de Pastoral Familiar.
Colegio de los Agustinos
20:30 h. MOTRIL.