Una foto impresionante
La Razón
«La manifestación fue sobresaliente en todas sus vertientes: la participación masiva, el comportamiento de los presentes, las razones que movían al acto y el contenido de los mensajes. La contundencia de un discurso en el marco de un orden magnífico fue todo un éxito no sólo de los convocantes, sino también de todos los que asistieron. Hay que hacer especial hincapié en la extraordinaria movilización nacional en la diversidad geográfica de los participantes, porque los traslados en autocares, trenes e incluso aviones fueron una constante. Todavía ayer voces socialistas definían el magnífico acontecimiento de Madrid como una cita «de los grupos de ultraderecha, la Iglesia católica y el Partido Popular para hacer desfilar a la España negra» por la capital. Lo que esconde el insulto y la difamación contra esa mayoría que disiente pacíficamente de la cultura de la muerte impulsada por la izquierda es la falta de argumentos para sostener una reforma aberrante en lo moral, inconstitucional en lo jurídico y fraudulenta en lo político, pues el PSOE no la incluyó en su programa electoral.»
ABC
«Con la manifestación de ayer, el Gobierno se ha topado con la objeción social al aborto, expresada con una dimensión histórica que será difícilmente evitable incluso para un Ejecutivo tan obcecado como el de Rodríguez Zapatero. Los asistentes no eran una banda de reaccionarios, ni iban de la mano de los obispos. Estas tachas puestas por los críticos de la convocatoria no tienen fundamento y quedaron desmentidas por la realidad de los hechos. La explicación es bien sencilla: el aborto divide a la sociedad y esta concreta ley que quiere aprobar el Gobierno, más aún, hasta el punto de no contar en las encuestas con el apoyo de la mayoría de los ciudadanos.»
El Mundo
«Más le valdría a Zapatero huir de la provocación y el radicalismo. Tras la marea humana de ayer, debe oír el clamor de la calle e intentar buscar acuerdos para que un mayor número de ciudadanos se sienta más próximo al texto legislativo. Por supuesto que siempre habrá quien no transija en un asunto en el que tanto peso tienen las convicciones personales, pero el deber del Gobierno es legislar con el mayor consenso social posible. La manifestación, que bajo el lema Cada vida importa transcurrió sin incidentes y tuvo un carácter eminentemente festivo y familiar, demuestra que gran parte de la sociedad española ha sido excluida en la reforma de la Ley del Aborto»
El País
«La protesta evidenció una vez más que en este país sigue habiendo un porcentaje no desdeñable de ciudadanos que rechaza sin paliativos la interrupción voluntaria del embarazo, y que están dispuestos a salir a la calle para defender sus convicciones e intentar que el debate sobre el aborto regrese cada cierto tiempo a la casilla de salida, exigiendo en el fondo la abolición de la ley en vigor. La modificación de la ley no es sino un pretexto, pues las entidades convocantes no ocultan que su objetivo último es la derogación de la ley en vigor para que el aborto sea, como hasta hace un cuarto de siglo, una actividad proscrita, y por tanto clandestina.»