LOS GEN 3 NOS INVITAN A HACER FLORECER LA SOLIDARIDAD.
Y esto es lo que quieren los Gen 3 y sus amigos, y nos se sorprendan, quieren ser una generación de santos.
No es una cosa de un día, es lo que quieren vivir todos los días, y aunque saben que es un proyecto audaz, es una aventura fascinante que brota del Evangelio vivido y que se realiza en las decisiones cotidianas que a menudo les exigen ir contra corriente.
Los Gen 3 son los animadores de Chicos por la Unidad:
Los Chicos por la unidad son de razas e idiomas diversos, pertenecen a diversas Iglesias, pero también a religiones no cristianas o a culturas que no profesan un credo religioso. Son 150.000, presentes en 182 países.
Creen que sólo el Amor puede cambiar el mundo. Quieren que la invitación de Jesús del Evangelio: «Amaos como yo los he amado» llegue a ser una realidad entre todos los hombres de la tierra.
Su objetivo es realizar la fraternidad universal empezando por sus ciudades y por los ambientes en los que viven. Recorren todas las vías posibles para hacer caer barreras y divisiones, seguros de que la humanidad será una sola gran familia.
Ponen en práctica la Regla de oro: «No hagas a los demás lo que no quisieras que te hicieran a ti» presente en los libros sagrados de las principales religiones del mundo. Ella invita a amar a todos, concretamente, siendo los primeros. Han experimentado que, viviéndola, pueden contribuir a realizar un mundo unido.
Viven y difunden una cultura nueva, la del dar y del compartir. Dan vida a una comunión de bienes mundial en la cual, como en una gran familia planetaria, quien tiene más lo pone en común con quien no tiene.
Por eso nos invitan a que visitemos su mercadillo solidario, una iniciativa de Chicos por la Unidad de Granada, en el que podrán encontrar muchos artículos que han traído de sus casas, es solidario porque con el dinero recaudado financian becas para otros chicos de mundo, concretamente de Colombia.
Ah, se nos olvidaba, el Mercadillo Solidario lo han instalado en el Salón de la Carrera de la Basílicade Nuestra Señora de las Angustias, entrada por la Carrera, junto a la puerta del Templo.
Es una invitación formal a compartir y a vivir la “Cultura del Dar”.