La convocatoria este año tenía dimensión Europea y han sido muchos los cardenales y obispos que han arropado a todas las familias que se han dado cita de forma multitudinaria para cantar la belleza de la familia, para celebrar juntos por el don precioso que es la familia cristiana, por la bendición que es para la sociedad, para la humanidad, o como en este año se hacia especial hincapié, para Europa.
Las palabras del Santo Padre dirigidas a todas las familias que celebraban en don de la familia cristiana en la Plaza de Lima y a través de las retransmisiones por televisión y radio, han animado a todos, como decía Benedicto XVI en su mensaje a ser testigos del amor en la familia: “…uno de los mayores servicios que los cristianos podemos prestar a nuestros semejantes es ofrecerles nuestro testimonio sereno y firme de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, salvaguardándola y promoviéndola, pues ella es de suma importancia para el presente y el futuro de la humanidad. En efecto, la familia es la mejor escuela donde se aprende a vivir aquellos valores que dignifican a la persona y hacen grandes a los pueblos. También en ella se comparten las penas y las alegrías, sintiéndose todos arropados por el cariño que reina en casa por el mero hecho de ser miembros de la misma familia. Pido a Dios que en vuestros hogares se respire siempre ese amor de total entrega y fidelidad que Jesús trajo al mundo con su nacimiento, alimentándolo y fortaleciéndolo con la oración cotidiana, la práctica constante de las virtudes, la recíproca comprensión y el respeto mutuo”.
En su homilía Monseñor Rouco Varela, arzobispo de Madrid destacaba como este acto “constituye una acción de gracias por la familia cristiana, aquí están las familias cristianas para dar testimonio del Amor de Dios. Sin las familias cristianas, Europa se quedaría sin futuro. El futuro de Europa pasar por las familias cristianas”.
Después de los momentos tan intensos vividos con tantas familias, es necesario que seamos optimistas y nos unamos para pedir por la familia, Europa necesita una nueva evangelización; es grave la situación que vive nuestra sociedad con las separaciones y divorcios, el aborto, el poco valor de la vida frágil o delicada, la eutanasia… la confusión de conceptos entre nuestras familias y entre nuestros jóvenes.
Hacen falta familias “enamoradas de ser familia” incansables testigos del Amor en medio de su familias; familias, que como decía el Santo Padre en México en el VI EMF, sean “Evangelios vivos que todos puedan leer”, porque solo Dios puede renovar la familia.