Constatamos con inquietud que algunos padres han hecho dejación de una misión que les compete a ellos de modo principal: ser los primeros educadores de sus hijos. Compartimos la preocupación de muchos padres que comprueban la injusta injerencia del sistema educativo al pretender imponer una determinada educación moral, suplantando así una responsabilidad que les compete sólo a ellos.
Además, muchos maestros ven cómo su autoridad se pone en tela de juicio y su labor educativa, en muchas ocasiones, no encuentra respaldo institucional ni apoyo por parte de los padres de sus alumnos.
Por ello el Santo Padre ha hablado “de una «gran emergencia educativa», confirmada por los fracasos en los que con demasiada frecuencia desembocan nuestros esfuerzos por formar personas sólidas, capaces de colaborar con los demás y de dar sentido a la propia vida”.
FUENTE: SUBCOMISION PARA LA FAMILIA Y LA DEFENSA DE LA VIDA. CEE.