10. La buena nueva sobre la familia
Stanislaw Dziwisz 15
Cada año de la vida de Juan Pablo II es testimonio de su esfuerzo por anunciar, con un profundo carácter sacerdotal, la buena nueva sobre la familia. Y con admiración releo los textos pronunciados sobre el tema en todos los continentes. Son centenares. Permitidme que os cite aunque sea solamente el título de alguno de ellos: Italia (1980), «Custodiar la familia, en la cual el amor fructifica como vida»; Nigeria (1982) «Por la familia el hombre se incorpora a la sociedad»; Italia (1983) «El paro, la droga y la soledad, tres plagas que ponen en peligro la familia»; Países Bajos (1985) «Pongo ante vosotros la vida y la muerte»; India (987) «El hogar lugar del amor de Dios»; Austria (1988) «No está permitido separar la vida calificándola según su valor, en valiosa o sin valor»‘; Angola (1992) «La familia según el plano Divino»; Estados Unidos (1995) «Vida consagrada y familia, dos vocaciones que se complementan»; Brasil (1997) «Santidad de la relación entre el hombre y la mujer»; Polonia (1999) «Como un buen hijo beso el umbral de la casa de mis padres»; Croacia (2003) «El valor de la familia en la Iglesia y en la sociedad»; y, por fin, Vaticano (2005), dónde el Papa escribió su último mensaje para la Cuaresma bajo el título: «la longevidad como un especial don de Dios».
¿Qué más podría añadir? contemplar lo anteriormente citado, los títulos de la catequesis y los lugares de su celebración, nos dan a entender que Juan Pablo II ha sido un gran apóstol de la Vida en la Familia. Sirvió a estos valores con toda su inteligencia y con todas sus fuerzas. Aún más, podríamos decir que en este tema consiguió involucrar a todo el cielo. Puso a todas y cada una de las familias del mundo, bajo la protección Divina por la intercesión del Inmaculado Corazón de María. Rogó por ellas al Protector de la Familia de Nazaret, San José. El mismo elevó a los altares a muchos cristianos que o bien ayudaron a la familia o bien directamente la fundaron por medio del sacramento del matrimonio. Como ejemplo podemos recordar a José Maímet y Vives, Fundador de los Hijos e Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret, constructor de la Sagrada Familia de Barcelona; el matrimonio María Corsini y Luigi Beltrame Quottrocchi, padres de cuatro hijos, miembros del ‘»Fronte de la familia» en Italia; Wladyslaw Batthyany-Strttman (Hungría), médico, padre de trece hijos; Maximiliano María Kolbe, religioso, que dio su vida en el campo de concentración de Auschwitz en el lugar de un padre de familia o también Juana Beretta Molla (Italia) médico que no aceptó matar a su hijo, la última mujer que llegó a canonizar Juan Pablo II (su marido e hijos todavía viven).
Stanislaw Dziwisz 15
Cada año de la vida de Juan Pablo II es testimonio de su esfuerzo por anunciar, con un profundo carácter sacerdotal, la buena nueva sobre la familia. Y con admiración releo los textos pronunciados sobre el tema en todos los continentes. Son centenares. Permitidme que os cite aunque sea solamente el título de alguno de ellos: Italia (1980), «Custodiar la familia, en la cual el amor fructifica como vida»; Nigeria (1982) «Por la familia el hombre se incorpora a la sociedad»; Italia (1983) «El paro, la droga y la soledad, tres plagas que ponen en peligro la familia»; Países Bajos (1985) «Pongo ante vosotros la vida y la muerte»; India (987) «El hogar lugar del amor de Dios»; Austria (1988) «No está permitido separar la vida calificándola según su valor, en valiosa o sin valor»‘; Angola (1992) «La familia según el plano Divino»; Estados Unidos (1995) «Vida consagrada y familia, dos vocaciones que se complementan»; Brasil (1997) «Santidad de la relación entre el hombre y la mujer»; Polonia (1999) «Como un buen hijo beso el umbral de la casa de mis padres»; Croacia (2003) «El valor de la familia en la Iglesia y en la sociedad»; y, por fin, Vaticano (2005), dónde el Papa escribió su último mensaje para la Cuaresma bajo el título: «la longevidad como un especial don de Dios».
¿Qué más podría añadir? contemplar lo anteriormente citado, los títulos de la catequesis y los lugares de su celebración, nos dan a entender que Juan Pablo II ha sido un gran apóstol de la Vida en la Familia. Sirvió a estos valores con toda su inteligencia y con todas sus fuerzas. Aún más, podríamos decir que en este tema consiguió involucrar a todo el cielo. Puso a todas y cada una de las familias del mundo, bajo la protección Divina por la intercesión del Inmaculado Corazón de María. Rogó por ellas al Protector de la Familia de Nazaret, San José. El mismo elevó a los altares a muchos cristianos que o bien ayudaron a la familia o bien directamente la fundaron por medio del sacramento del matrimonio. Como ejemplo podemos recordar a José Maímet y Vives, Fundador de los Hijos e Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret, constructor de la Sagrada Familia de Barcelona; el matrimonio María Corsini y Luigi Beltrame Quottrocchi, padres de cuatro hijos, miembros del ‘»Fronte de la familia» en Italia; Wladyslaw Batthyany-Strttman (Hungría), médico, padre de trece hijos; Maximiliano María Kolbe, religioso, que dio su vida en el campo de concentración de Auschwitz en el lugar de un padre de familia o también Juana Beretta Molla (Italia) médico que no aceptó matar a su hijo, la última mujer que llegó a canonizar Juan Pablo II (su marido e hijos todavía viven).