Con dos días de antelación comenzamos ayer en Granada el Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos. Fue en la Parroquia de San Emilio, presidían la celebración el Padre Onofre de la Comunidad de los Franciscanos de Granada y el Pastor Israel, de la Iglesia Evangélica Española del Callejón del Pretorio.
Comenzamos cantado “Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo” como una llamada a profundizar en nuestra fe, en la necesidad de orar, en la necesidad de dejarnos transformar por nuestro Señor Jesucristo.
Insistió Israel, quién llevó a cabo la predicación de este primer día, en que solo Cristo puede transformarnos, “Transformados por Cristo Servidor. El hijo del hombre ha venido para servir” podía ser el resumen de sus palabras, solo Cristo puede dar consistencia a nuestra vida, a nuestra sociedad, cada vez más alejada de Él. Nos invitó a encontramos a Jesús en su camino hacia la victoria a través del servicio. Lo vemos como aquel que “no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos” (Mc 10, 45). En consecuencia, la Iglesia de Jesucristo es una comunidad de servicio. El poner en acto nuestros diferentes dones sirviendo juntos la humanidad hace visible nuestra unidad en Cristo.
Comenzamos cantado “Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo” como una llamada a profundizar en nuestra fe, en la necesidad de orar, en la necesidad de dejarnos transformar por nuestro Señor Jesucristo.
Insistió Israel, quién llevó a cabo la predicación de este primer día, en que solo Cristo puede transformarnos, “Transformados por Cristo Servidor. El hijo del hombre ha venido para servir” podía ser el resumen de sus palabras, solo Cristo puede dar consistencia a nuestra vida, a nuestra sociedad, cada vez más alejada de Él. Nos invitó a encontramos a Jesús en su camino hacia la victoria a través del servicio. Lo vemos como aquel que “no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos” (Mc 10, 45). En consecuencia, la Iglesia de Jesucristo es una comunidad de servicio. El poner en acto nuestros diferentes dones sirviendo juntos la humanidad hace visible nuestra unidad en Cristo.