Día segundo: Transformados por la espera paciente del Señor. Es menester que cumplamos lo que Dios ha dispuesto (Mt 3, 15). En este día nos concentramos en la espera paciente del Señor. Para lograr cualquier cambio se requiere perseverancia y paciencia. Orar a Dios para alcanzar una transformación es también un acto de fe y de confianza en sus promesas. Esta espera del Señor es esencial para todos los que oran por la unidad visible de la Iglesia en esta semana. Todas las actividades ecuménicas requieren tiempo, atención mutua y acción conjunta. Todos estamos llamados a cooperar con la obra del Espíritu que une a los cristianos.
Fuente: Semanario Fiesta. Diócesis de Granada y Guadix-Baza.