Darse un paseo por el Seminario, saludar a los seminaristas, dejarte contagiar por su alegría, por su pasión y valor en su compromiso de entrega a Cristo en la Iglesia. Sentirlos hijos y hermanos, sabiendo que pronto serán “padres” en medio de la familia que somos los que formamos la Iglesia.
Celebrar el día del Seminario prácticamente el mismo día que se celebra la Anunciación a la Delegación de Pastoral Familiar nos llena de alegría, no ya solo porque los queremos, sino porque quien nos une es la Vida, por quien todos trabajamos, para quien todos vivimos, hacia quien todos nos dirigimos. “Pasión por el Evangelio”, pasión por quién dijo “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
Hace unos años nos impresionó el “Decálogo del Sacerdote” de Klaus Hemmerle. Es lo que pedimos para cada uno de vosotros en vuestro día.
Celebrar el día del Seminario prácticamente el mismo día que se celebra la Anunciación a la Delegación de Pastoral Familiar nos llena de alegría, no ya solo porque los queremos, sino porque quien nos une es la Vida, por quien todos trabajamos, para quien todos vivimos, hacia quien todos nos dirigimos. “Pasión por el Evangelio”, pasión por quién dijo “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
Hace unos años nos impresionó el “Decálogo del Sacerdote” de Klaus Hemmerle. Es lo que pedimos para cada uno de vosotros en vuestro día.
Decálogo del sacerdote: Lo que es más importante1.- Es más importante lo que vivo como sacerdote que lo que hago como sacerdote.
2.- Es más importante lo que hace Cristo a través de mí que lo que yo hago.
3.- Es más importante que viva la unidad en el presbiterio que lanzarme en solitario al ministerio.
4.- Es más importante el servicio de la oración y de la Palabra que el de las obras, que el del mucho hacer.
5.- Es más importante seguir espiritualmente a los colaboradores que hacer las cosas por mi cuenta, que hacer por mi cuenta y riesgo el mayor número de actividades posibles.
6.- Es más importante estar presente en pocos pero centrales sectores operativos, con una presencia que irradie la vida, que estar presente en todos los sitios con prisas y a medias.
7.- Es más importante actuar con unidad con los colaboradores que no solo y por libre, por muy capaz que me vea. Es más importante la “communio” que la “actio”.
8.- Es más importante, por más fecunda, la cruz, que no los resultados pues a menudo aparecen como frutos de dones y esfuerzos humanos.
9.- Es más importante tener el alma abierta a la totalidad (comunidad, diócesis, Iglesia universal) que no a intereses particulares por importantes que parezcan.
10.- Es más importante el testimonio a todos de la fe verdadera antes que satisfacer las ambiciones de todos.
Monseñor Klaus Hemmerle
2.- Es más importante lo que hace Cristo a través de mí que lo que yo hago.
3.- Es más importante que viva la unidad en el presbiterio que lanzarme en solitario al ministerio.
4.- Es más importante el servicio de la oración y de la Palabra que el de las obras, que el del mucho hacer.
5.- Es más importante seguir espiritualmente a los colaboradores que hacer las cosas por mi cuenta, que hacer por mi cuenta y riesgo el mayor número de actividades posibles.
6.- Es más importante estar presente en pocos pero centrales sectores operativos, con una presencia que irradie la vida, que estar presente en todos los sitios con prisas y a medias.
7.- Es más importante actuar con unidad con los colaboradores que no solo y por libre, por muy capaz que me vea. Es más importante la “communio” que la “actio”.
8.- Es más importante, por más fecunda, la cruz, que no los resultados pues a menudo aparecen como frutos de dones y esfuerzos humanos.
9.- Es más importante tener el alma abierta a la totalidad (comunidad, diócesis, Iglesia universal) que no a intereses particulares por importantes que parezcan.
10.- Es más importante el testimonio a todos de la fe verdadera antes que satisfacer las ambiciones de todos.
Monseñor Klaus Hemmerle