El Papa pide a los obispos no olvidar la historia de España ante la indiferencia de muchos bautizados y la cultura mundana
El Papa Francisco ha dirigido un mensaje a todos los obispos españoles que están en Roma haciendo la Visita «Ad Limina Apostolorum». El Santo Padre les ha pedido que estén en permanente estado de misión y que no se olvide la historia de la nación española: «Ahora que estáis sufriendo la dura experiencia de la indiferencia de muchos bautizados y tenéis que hacer frente a una cultura mundana, que arrincona a Dios en la vida privada y lo excluye del ámbito público, conviene no olvidar vuestra historia».
De la historia, ha dicho el Papa, «aprendemos que la gracia divina nunca se extingue y que el Espíritu Santo continúa obrando en la realidad actual con generosidad. Fiémonos siempre de Él y de lo mucho que siembra en los corazones de quienes están encomendados a nuestros cuidados pastorales».
El Santo Padre ha pedido a los obispos españoles que no ahorren «esfuerzos para abrir nuevos caminos al evangelio, que lleguen al corazón de todos, para que descubran lo que ya anida en su interior: a Cristo como amigo y hermano».
El obispo no está solo
El Papa ha resaltado que «es importante que el obispo no se sienta solo, ni crea estar solo, que sea consciente de que también la grey que le ha sido encomendada tiene olfato para las cosas de Dios. Especialmente sus colaboradores más directos, los sacerdotes, por su estrecho contacto con los fieles, con sus necesidades y desvelos cotidianos. También las personas consagradas, por su rica experiencia espiritual y su entrega misionera y apostólica en numerosos campos. Y los laicos, que desde las más variadas condiciones de vida y respectivas competencias llevan adelante el testimonio y la misión de la Iglesia».
El papa Francisco ha exhortado a los prelados españoles a poner sus iglesias locales «en un verdadero estado de misión permanente, para llamar a quienes se han alejado y fortalecer la fe, especialmente en los niños. Para ello no dejéis de prestar una atención particular al proceso de iniciación a la vida cristiana. La fe no es una mera herencia cultural, sino un regalo, un don que nace del encuentro personal con Jesús y de la aceptación libre y gozosa de la nueva vida que nos ofrece. Esto requiere anuncio incesante y animación constante, para que el creyente sea coherente con la condición de hijo de Dios que ha recibido en el bautismo».
La familia, esencial
Tras recalcar la importancia la preparación al matrimonio y el acompañamiento de las familias, el Papa ha indicado que «una familia evangelizada es un valioso agente de evangelización, especialmente irradiando las maravillas que Dios ha obrado en ella».
Pastoral vocacional
Tras recordar el documento «Vocaciones sacerdotales para el siglo XXI» de la Conferencia Episcopal Española, el Santo Padre ha asegurado que la pastoral vocacional «es un aspecto que un obispo debe poner en su corazón como absolutamente prioritario, llevándolo a la oración, insistiendo en la selección de los candidatos y preparando equipos de buenos formadores y profesores competentes».
Amor y servicio a los pobres
«Finalmente», ha añadido el Vicario de Cristo, «quisiera subrayar que el amor y el servicio a los pobres es signo del Reino de Dios que Jesús vino a traer . Sé bien que, en estos últimos años, precisamente vuestra Caritas – y también otras obras benéficas de la Iglesia – han merecido gran reconocimiento, de creyentes y no creyentes. Me alegra mucho, y pido al Señor que esto sea motivo de acercamiento a la fuente de la caridad, a Cristo que «pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos» (Hch 10,38); y también a su Iglesia, que es madre y nunca puede olvidar a sus hijos más desfavorecidos».
Los obispos, al frente de la renovación espiritual y misionera
El Papa ha concluido su mensaje pidiendo a los obispos españoles que se pongan «al frente de la renovación espiritual y misionera de vuestras Iglesias particulares, como hermanos y pastores de vuestros fieles, y también de los que no lo son, o lo han olvidado. Para ello, os será de gran ayuda la colaboración franca y fraterna en el seno de la Conferencia Episcopal, así como el apoyo recíproco y solícito en la búsqueda de las formas más adecuadas de actuar», y por último les ha dicho que envíen «a los queridos hijos de España un especial saludo del Papa, que los confía a los maternos cuidados de la Santísima Virgen María, les suplica que recen por él y les imparte su Bendición».