RICOS EN TODO TIPO DE POBREZAS.Hay noticias y actividades que te llenan de alegría, por la vida que transmiten y por los interrogantes que crean en quien las lee o conoce. Más aún cuando estas actividades la realizan jóvenes, nuestros jóvenes. Ellos son noticia y por eso os lo contamos. La noticia nos la manda Rocio Contreras del Grupo de San Francisco.
Decía Juan García Santacruz, Obispo de Guadix, que su diócesis era la más rica en todo tipo de pobrezas.
José María Tortosa es educador social. Fue elegido para fundar proyecto hombre en la provincia de Granada y ha sido su coordinador hasta hace un año. Desde la fundación Proyecto Hombre ha organizado, luchado, concienciado, acompañado, sufrido y experimentado el problema de las personas con adicciones. Sus vacíos, sus frustraciones, sus soledades y exclusiones. Ahora desempeña su tarea de cura en Jérez del Marquesado.
Camina por el pueblo hablando con todos para conocerlos mejor. Se acerca a niños y adolescentes, mayores, casados, solitarios, discapacitados. Inventa mil maneras de crear espacios de encuentro, formación y solidaridad. Y la gente lo conoce. Don José María es un cura diferente.
Salva Cifuentes es trabajador social, pero en el “stricto sensu” de la palabra: Trabaja sin descanso en temas sociales: Colabora con la oficina del defensor del pueblo andaluz visitando pueblos, comarcas, ayuntamientos y demás instituciones. Elabora informes que reflejen la realidad para poder actuar donde existan disfunciones. Para “defender” desde el conocimiento. Asiste a niños inmigrantes, a hijos de familias desestructuradas. Está en contacto con la vida de los que están en los márgenes, de los de otras razas, de los empobrecidos.
En los medios de comunicación es conocido como el “cura de la peluquería” desde que hace poco más de un año las lluvias arrastraran la iglesia cueva de Belerda. Si no hay templo habrá que buscar dónde celebrar. Habló con la peluquera, que cedió parte de su local, para poder decir la misa sin frío y sin mojarse con la lluvia. “Sandra, para el secador que vamos a empezar la misa”
Ha conseguido que todo el pueblo se implique en la reconstrucción de la Iglesia: Económicamente y con sus manos. Este viernes día 22 de julio colocaban la campana, final de la obra. Campana que anuncia a los cuatro vientos que el pueblo de Belerda y su cura no se han quedado impasibles ante la adversidad sino que han sabido afrontarla sin subvenciones ni ayudas institucionales, escasas en estos tiempos de crisis.
José María y Salva trabajan en coordinación con los ayuntamientos, asociaciones e instituciones públicas para el desempeño de sus tareas. No en vano la causa es común: El ciudadano o el hermano. La distinción, en este caso, es sólo una cuestión semántica.
El grupo de san Francisco de Granada ha organizado sendos campos de trabajo para colaborar con estos dos curas en su tarea. Curas que no se distinguen por su ropa, ni por su posición, ni por su dignidad, sino por “estar”, por su entrega y su trabajo incesante. No dicen la misa en latín ni de espaldas a la gente. ¿Cómo podrían estar de espaldas al pueblo?
No creo que ningún obispo se atreviese a decirles que “han bajado el listón de las exigencias evangélicas” Seguramente VIVEN las exigencias evangélicas desde sus limitaciones humanas, pero con la fuerza que generan las convicciones.
Los veinte jóvenes del Grupo de San Francisco han trabajado en Jérez del Marquesado y Huélago impartiendo clases de apoyo y organizando actividades de tiempo libre para niños. También reuniones de formación con padres para ayudarles en sus tareas educativas. Incluso se han atrevido a “echar una mano” con la obra de la iglesia cueva.
Francisco de Asís entendió también así su tarea: Contemplar, caminar, servir, hablar poco y hacer mucho. Y agradecer. ROCÍO CONTRERAS. Grupo de San Francisco.
José María Tortosa es educador social. Fue elegido para fundar proyecto hombre en la provincia de Granada y ha sido su coordinador hasta hace un año. Desde la fundación Proyecto Hombre ha organizado, luchado, concienciado, acompañado, sufrido y experimentado el problema de las personas con adicciones. Sus vacíos, sus frustraciones, sus soledades y exclusiones. Ahora desempeña su tarea de cura en Jérez del Marquesado.
Camina por el pueblo hablando con todos para conocerlos mejor. Se acerca a niños y adolescentes, mayores, casados, solitarios, discapacitados. Inventa mil maneras de crear espacios de encuentro, formación y solidaridad. Y la gente lo conoce. Don José María es un cura diferente.
Salva Cifuentes es trabajador social, pero en el “stricto sensu” de la palabra: Trabaja sin descanso en temas sociales: Colabora con la oficina del defensor del pueblo andaluz visitando pueblos, comarcas, ayuntamientos y demás instituciones. Elabora informes que reflejen la realidad para poder actuar donde existan disfunciones. Para “defender” desde el conocimiento. Asiste a niños inmigrantes, a hijos de familias desestructuradas. Está en contacto con la vida de los que están en los márgenes, de los de otras razas, de los empobrecidos.
En los medios de comunicación es conocido como el “cura de la peluquería” desde que hace poco más de un año las lluvias arrastraran la iglesia cueva de Belerda. Si no hay templo habrá que buscar dónde celebrar. Habló con la peluquera, que cedió parte de su local, para poder decir la misa sin frío y sin mojarse con la lluvia. “Sandra, para el secador que vamos a empezar la misa”
Ha conseguido que todo el pueblo se implique en la reconstrucción de la Iglesia: Económicamente y con sus manos. Este viernes día 22 de julio colocaban la campana, final de la obra. Campana que anuncia a los cuatro vientos que el pueblo de Belerda y su cura no se han quedado impasibles ante la adversidad sino que han sabido afrontarla sin subvenciones ni ayudas institucionales, escasas en estos tiempos de crisis.
José María y Salva trabajan en coordinación con los ayuntamientos, asociaciones e instituciones públicas para el desempeño de sus tareas. No en vano la causa es común: El ciudadano o el hermano. La distinción, en este caso, es sólo una cuestión semántica.
El grupo de san Francisco de Granada ha organizado sendos campos de trabajo para colaborar con estos dos curas en su tarea. Curas que no se distinguen por su ropa, ni por su posición, ni por su dignidad, sino por “estar”, por su entrega y su trabajo incesante. No dicen la misa en latín ni de espaldas a la gente. ¿Cómo podrían estar de espaldas al pueblo?
No creo que ningún obispo se atreviese a decirles que “han bajado el listón de las exigencias evangélicas” Seguramente VIVEN las exigencias evangélicas desde sus limitaciones humanas, pero con la fuerza que generan las convicciones.
Los veinte jóvenes del Grupo de San Francisco han trabajado en Jérez del Marquesado y Huélago impartiendo clases de apoyo y organizando actividades de tiempo libre para niños. También reuniones de formación con padres para ayudarles en sus tareas educativas. Incluso se han atrevido a “echar una mano” con la obra de la iglesia cueva.
Francisco de Asís entendió también así su tarea: Contemplar, caminar, servir, hablar poco y hacer mucho. Y agradecer. ROCÍO CONTRERAS. Grupo de San Francisco.