Desde la Eucaristía en la Basílica de las Angustias, la participación en la Eucaristía por la Familia Cristiana de Colón, nuestra fiesta de las familias, las muchas actividades de los movimientos familiaristas de nuestra diócesis, la Jornada por la vida del 25 de marzo, nuestra Semana de la Familia, unirnos a los seminaristas en el día que estaban con sus familias… la pasión del Movimiento Familiar Cristiano, el entusiasmo de los Equipos de Nuestra Señora, la humildad de los Hogares Don Bosco, la libertad de las familias de la Institución Teresiana, en entusiasmo de Famisión, el servicio de Familias Nuevas, la generosidad de Hogares Nuevos, la sencillez del Encuentro Matrimonial y aquellas otras realidades eclesiales que trabajan por y para la familia por las que tenemos que dar las gracias juntos a Dios por la realidad de la pastoral familiar en nuestra diócesis.
Y pedir familias que con pasión, entusiasmo, humildad, radicalidad, totalitariedad, libertad, servicio, constancia, generosidad, sencillez, equilibrio… trabajen por las familias; familias que sean testigos de Dios Amor en sus vidas, familias que proclamen el Evangelio de la Vida, familias que canten la belleza de la familia.