Continuó después Benedicto XVI contemplando a la familia como el santuario del amor, amor del que nacen los hijos, fruto de la donación total y generosa, original de la familia, fundamento indispensable en la sociedad y los pueblos; la familia ocupa un lugar destacado en la educación de la persona. El Santo Padre destacó como Jesús puso de manifiesto esta dimensión de la familia, honrando a la Virgen y a San José.
“La familia fundada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer expresa esta dimensión relacional, filial y comunitaria, y es el ámbito donde el hombre puede nacer con dignidad, crecer y desarrollarse de un modo integral” sin dejarnos engañar por un concepto de libertar basado en caprichos e impulsos subjetivos que conducen al subjetivismo y encierran al individuo en la prisión de su propio yo “la familia fundada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer expresa esta dimensión relacional, filial y comunitaria, y es el ámbito donde el hombre puede nacer con dignidad, crecer y desarrollarse de un modo integral”.
Terminó sus palabras anunciando que el VII Encuentro Mundial de las Familias se celebrará en Milán (Italia) en el 2012, con el tema: “La familia, el trabajo y la fiesta”. Y confió a la protección de la Virgen Santísima a todas las familias, recordándonos que nuestra felicidad está en hacer la voluntad de Cristo.