MONSEÑOR BLÁZQUEZ: FRANCISCO NOS DICE QUE HAY RAZONES PARA LA ESPERANZA

Entrevista al arzobispo de Valladolid, en Visita ad Limina en Roma
Un encuentro largo y distendido, en el que el hermano mayor se reúne con los hermanos menores tratando cuestiones que afectan a la vida episcopal y a la vida de la Iglesia. Un encuentro del que la impresión compartida fue extraordinaria.
 Con estas palabras define monseñor Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española el encuentro con el Santo Padre en la Visita Ad Limina en una entrevista concedida a ZENIT.
Los obispos españoles se encuentran desde el día 24 de febrero y hasta el 8 de marzo en Roma para encontrarse con el Santo Padre y hablar con él sobre la situación de la Iglesia en España. En estos días, se están reuniendo con Francisco por grupos de provicnias eclesiásticas.
«No encuentro calificativos –prosiguió el arzobispo de Valladolid— para ponderar la belleza, serenidad, afecto y lucidez del encuentro», el papa Francisco tiene la gracia de que todas las barreras invisibles en seguida las abate, se siente uno muy a gusto junto a él, sin necesidad de pensar cómo decir las cosas, se dice directamente y con sencillez. Él habla con libertad, con lucidez, acudiendo a la experiencia que tiene como pastor y es como una confidencia entre amigos.

De lo temas tratados con Francisco en el encuentro «llamó la atención uno en el que insiste desde el principio: «la dimensión misionera» indicó. «Hay que salir», les indicó, y en relación con esto se apoyó en la parábola del pastor al que se le pierde una oveja. Francisco les dijo que «a veces nos pasamos la vida atusando tanto a las poquitas ovejas que quedan, las peinamos todos los días, y no terminamos de salir a buscar el rebaño extraviado».
También insistió en la cercanía a los sacerdotes, a los que sufren, incluyendo particularmente a los jóvenes que carecen de empleo. Aunque reconoce el arzobispo de Valladolid que fueron muchos los temas afrontados y que el Santo Padre respondía a todas las preguntas que le iban haciendo. Y si alguna vez se olvidaba responder a una Francisco decía «¡ay, tengo aún que responder a esa pregunta que usted me hizo!»
Y el Papa, para responder acudía a su larga experiencia, «que ha pasado por muchas etapas de la vida, con una cultura muy amplia y también una experiencia pasada por la cruz y que la comunica a los hermanos con franqueza por si sirve».
Estos días los obispos españoles también visitan en Roma los distintos dicasterios de la Curia Romana: Congregaciones y Consejos Pontificios. De estos encuentros monseñor Blázquez nos destaca el de la Congregación para la Institutos de Vida Consagrada. «Me llamó la atención el dinamismo que han impreso a esta Congregación, los proyectos y los que ya se están desarrollando. 
Del mismo modo fue abordado también otro tema que el Santo Padre tiene muy en el corazón: la familia. Al respecto, monseñor Blázquez observa que en España, en muy pocos decenios ha sido «una verdadera tormenta la cantidad de cuestiones que sobre el matrimonio y familia nos han invadido. Cuestiones que han ido aflorando poco a poco». 
Al analizar este fenómeno, el arzobispo afirma que desde la CEE «estamos sorprendidos. Cuando nos detenemos para contemplar los años transcurridos y nos preguntamos cómo hemos llegado a esta situación». Explica que «todos pensábamos que la realidad de la familia era muy consistente en España pero de repente hemos pasado a una situación en la se habla de familia tradicional como familia anacrónica. Y que el modelo de familia padre madre e hijos es solamente un modelo entre tantos otros».
Otro tema que preocupa es el alto número de rupturas matrimoniales. Por ello, monseñor Blázquez cree que el matrimonio «está padeciendo una desinstitucionalización como si el matrimonio estuviera a disposición de cada uno para que toma la medida que le guste y el color que le guste». Y por ello, afirma que sobre este tema es necesario reflexionar seriamente «porque la familia fundada en el matrimonio es uno de los pilares fundamentales de la vida social y de la Iglesia. Y una ruptura supone siempre dolor para todas las partes». De este modo, propone «no solamente señalar las enfermedades sino acudir todos a curarlas».
La Visita ad Límina marcará unas pautas de trabajo para los obispos de la CEE y monseñor Blázquez cree que unos de los temas que hay que reforzar es «el sujeto cristiano». «Hemos comprendido -indica- que el trabajo de la iniciación cristiana es un trabajo fundamental. Y este trabajo requiere la participación de muchas personas en este campo. Evidentemente, también de los padres y demás cristianos». Pone como ejemplo que los catequistas se encuentran con niños en preparación a la primera comunión que no saben rezar, por eso es importante recordar que «la fe se transmite rezando».
Otro asunto que pudieron abordar y comentar con el Santo Padre fueron las «periferias, tanto geográficas como existenciales». Y al hablar de estas periferias existenciales, monseñor Blázquez indica –por ejemplo– las personas que de repente se interrogan sobre su fe. Asimismo afirma que la «parábola del Samaritano nos habla de una periferia. Una persona apaleada y como él hay muchos apaleados en la vida a los que tenemos que salir al encuentro».
Hablaron también de la gran labor de Cáritas, que además es reconocida socialmente. Por otro lado, vieron que «si han crecido las necesidades, ha crecido también la colaboración. Y esto me lleva a pensar en la bondad profunda del hombre», afirma el prelado. Además, recuerda que «Jesús acudió a los pobres, los destinatarios privilegiados del Evangelio fueron los pobres, los pecadores y los desprotegidos de la vida», y por ello «también nosotros debemos acudir a las periferias».
Finalmente, analizando este primer año de pontificado de Francisco, monseñor Blázquez explica que «el Papa ha suscitado interés y esperanza en ambientes que tradicionalmente se desinteresaban por las cuestiones religiosas, incluso también en ambientes muy distantes de la Iglesia». Probablemente, explica, «porque en nuestra sociedad nos encontramos en una crisis con muchos rostros, y necesitamos personas que nos abran un poco el horizonte y nos digan que hay razones para la esperanza». En este sentido, matiza el prelado, «el Papa tiene una profundización espiritual al Evangelio que me llama mucho la atención, es una interiorización evangélica muy transparente, muy teologal y muy humana. Durante el encuentro, nos habló de la ternura en la pastoral que también me llamó mucho la atención».

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